30 de noviembre de 2011


HABLAR oportunamente, es acierto. Frente al enemigo, es civismo.
HABLAR ante una injusticia, es valentía. Para rectificar, es un deber.
HABLAR para defender, es compasión. Ante un dolor, es consolar.
HABLAR para ayudar a otros, es caridad. Con sinceridad, es rectitud.
HABLAR de si mismo, es vanidad. Restituyendo fama, es honradez.
HABLAR aclarando chismes, es estupidez. Disipando falsos, es de conciencia.
HABLAR de defectos, es lastimar. Debiendo callar, es necedad.
HABLAR por hablar, es tontería. De Dios, significa mucho amor.
CALLAR cuando acusan, es heroísmo. Cuando insultan, es amor.
CALLAR las propias penas, es sacrificio. De si mismo, es humildad.
CALLAR miserias humanas, es caridad. A tiempo, es prudencia.
CALLAR en el dolor, es penitencia. Palabras inútiles, es virtud.
CALLAR cuando hieren, es santidad. Para defender, es nobleza.
CALLAR defectos ajenos, es benevolencia. Debiendo hablar, es cobardía.